…Y mil veces me propongo relegarte al abismo, dejar agonizar este querer sin sustento y sepultarlo en una fosa recóndita y umbría, lo más alejada de este tonto corazón que se empeña en avivarlo, aunque eternamente tropiece con la piedra de tu indolencia que lo condena al desvarío.Y mil veces prometo anestesiar este amor con dosis de fingida indiferencia, antes que el desafecto que me profesas sofoque el brío de mi espíritu. Mas son mis promesas las que perecen… ante la subversión del olvido.
domingo, 26 de octubre de 2008
El olvido dijo NO !
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